Es una obra sólida en lo teórico, pero con un enfoque eminentemente práctico. Está pensada para darle al lector soluciones prácticas para problemas reales y concretos. Al ser un tratado, tiene todos los beneficios propios de una obra sistemática:
1. Es una obra general, en cuanto a su alcance. Quien adquiere esta obra se lleva un repertorio que le permite resolver, si no todos, al menos sí la mayoría de los problemas de la temática que se le presentarán en la práctica.
2. Su eje ordenador son los temas e institutos, no los números de artículos. Esta es la forma en la que desde siempre los abogados han buscado la solución de los problemas que se le presentan: mediante una obra que se estructura, precisamente, alrededor de los temas y su relación lógica, de forma sistemática. Se gana, así, en comprensión y se ahorra tiempo.